pregnant, belly, baby bump-1597889.jpg

Embarazo

Tu preparación física y psíquica serán factores que marquen el desarrollo de este proceso. Nuestro objetivo es que tomes conciencia de tu pelvis y periné, identifiques tu musculatura para tonificarla y relajarla correctamente, trabajamos la flexibilización de tu periné mediante el masaje perineal y el Epi-no preparando el canal del parto y minimizar las lesiones del periné
Tratamiento de molestias propias del embarazo: lumbalgias, ciatalgias, retención de líquidos…

Postparto. Tras la cuarentena

Se realiza una valoración del tono muscular del periné y faja abdominal, cicatriz de episiotomía/ cesárea, valoración de prolapsos, incontinencias urinarias, de gases o fecales y el dolor durante las relaciones sexuales, a partir de estos resultados se plantea un tratamiento específico para recuperar la funcionalidad del periné, evitar y tratar posibles descensos viscerales e incontinencias, conseguir una temprana recuperación postural.

 

Menopausia

La menopausia es una etapa natural en la vida de las mujeres que marca el final de su ciclo menstrual y la capacidad reproductiva. Generalmente ocurre entre los 45 y 55 años de edad, aunque puede variar. Durante la menopausia, el cuerpo experimenta varios cambios debido a la disminución de la producción de hormonas femeninas como el estrógeno y la progesterona.

Síntomas comunes de la menopausia
  1. Irregularidades menstruales: Los periodos pueden volverse más irregulares antes de cesar completamente.
  2. Sofocos: Sensaciones de calor intenso que se extienden por el cuerpo.
  3. Sudores nocturnos: Sudoración excesiva durante la noche.
  4. Cambios de humor: Incluyendo irritabilidad, ansiedad y depresión.
  5. Insomnio: Dificultades para dormir o mantener el sueño.
  6. Sequedad vaginal: Que puede causar incomodidad durante las relaciones sexuales.
  7. Pérdida de densidad ósea: Aumento del riesgo de osteoporosis.
  8. Cambios en la piel y cabello: Sequedad y adelgazamiento.
Qué hacer durante la menopausia
  1. Consultar con un médico: Es importante hablar con un profesional de la salud para recibir orientación y opciones de tratamiento adecuadas.
  2. Terapia hormonal: Puede ayudar a aliviar muchos de los síntomas, aunque no es adecuada para todas las mujeres.
  3. Dieta equilibrada: Consumir alimentos ricos en calcio y vitamina D para mantener la salud ósea.
  4. Ejercicio regular: Ayuda a mantener un peso saludable, mejorar el estado de ánimo y fortalecer los huesos.
  5. Hidratación adecuada: Beber suficiente agua puede aliviar algunos síntomas como la sequedad de la piel y la fatiga.
  6. Técnicas de relajación: Practicar yoga, meditación o técnicas de respiración para manejar el estrés y los cambios de humor.
  7. Cuidado de la piel: Usar cremas hidratantes y protectores solares para combatir la sequedad y el envejecimiento de la piel.
  8. Salud sexual: Usar lubricantes vaginales si es necesario y hablar con un médico sobre cualquier cambio en la vida sexual.
  9. Suplementos: Considerar la posibilidad de tomar suplementos de calcio y vitamina D, después de consultar con un médico.
  10. Apoyo emocional: Buscar el apoyo de amigos, familia o grupos de apoyo para compartir experiencias y recibir apoyo.

 Con el cuidado adecuado, es posible manejar sus síntomas y mantener una vida saludable y activa.

Incontinencia

La incontinencia es la incapacidad para controlar voluntariamente la emisión de orina. Es un problema común que puede afectar la calidad de vida de quienes lo padecen. Existen diferentes tipos de incontinencia, cada uno con sus propias causas y características.

Tratamiento y manejo de la incontinencia urinaria
  1. Ejercicios de Kegel: Fortalecen los músculos del suelo pélvico.

  2. Medicamentos: Pueden ayudar a controlar la vejiga hiperactiva o tratar infecciones.

  3. Dispositivos médicos: Como los pesarios vaginales, que ayudan a sostener la vejiga.

  4. Terapia conductual: Incluye el entrenamiento de la vejiga y la modificación de la ingesta de líquidos.

  5. Cirugía: En casos graves, se pueden considerar procedimientos quirúrgicos para mejorar el soporte de la vejiga.

  6. Productos absorbentes: Pañales o compresas diseñados para la incontinencia.

Prolapsos

Los prolapsos son descensos de vísceras como la vejiga, el útero y el recto. La musculatura del suelo pélvico ha disminuido su función de sostén. Es importante así mismo valorar las presiones intraabdominales que provocan una mayor presión sobre las vísceras, por lo que es necesario un tratamiento específico y global

Recomendaciones para el manejo del prolapso
  1. Consultar con un médico: Es crucial recibir un diagnóstico adecuado y recomendaciones de tratamiento personalizadas.
  2. Ejercicios de Kegel: Fortalecen los músculos del suelo pélvico y pueden ayudar a prevenir o mejorar los síntomas.
  3. Pérdida de peso: Mantener un peso saludable puede reducir la presión sobre los músculos del suelo pélvico.
  4. Evitar levantar objetos pesados: Esto puede disminuir la presión sobre la pelvis.
  5. Tratamiento de estreñimiento: Evitar el esfuerzo excesivo durante la evacuación.
  6. Pesarios vaginales: Dispositivos que se insertan en la vagina para sostener los órganos pélvicos.
  7. Cirugía: En casos graves, puede ser necesaria para corregir el prolapso.

Es fundamental buscar atención médica si se experimentan síntomas de prolapso, ya que el tratamiento temprano puede mejorar la calidad de vida y prevenir complicaciones adicionales.

Disfunciones sexuales

Alteración en la respuesta sexual femenina (deseo, excitación, orgasmo) impidiendo su desarrollo de manera plena, afectando en los distintos ámbitos bio-psico-sociales de quien lo padece. Siendo algunas de ellas, vaginismo, anorgasmia, falta de sensibilidad, dispareunia (dolor durante la relación sexual, tras una episiotomía o por descensos viscerales…)
Su tratamiento requiere de una actuación multidisciplinar con médico especialista, psicólogo y fisioterapeuta especialista.

Diástasis abdominal

La diástasis abdominal, también conocida como diástasis de rectos, es la separación de los músculos rectos del abdomen, que se encuentran a ambos lados de la línea media del abdomen. Esta separación ocurre cuando el tejido conectivo que mantiene unidos estos músculos se estira o debilita, lo que puede provocar un abultamiento de la pared abdominal.

Causas de la diástasis abdominal

  1. Embarazo: Es la causa más común, ya que el crecimiento del útero ejerce presión sobre los músculos abdominales y el tejido conectivo, estirándolos.
  2. Obesidad: El exceso de peso puede aumentar la presión sobre los músculos abdominales.
  3. Ejercicio inadecuado: Realizar ejercicios abdominales incorrectos o demasiado intensos puede contribuir a la diástasis.
  4. Factores genéticos: Algunas personas pueden tener una predisposición genética a la debilidad del tejido conectivo.
  5. Envejecimiento: La pérdida de elasticidad y fuerza muscular con la edad puede contribuir al problema.
Síntomas de la diástasis abdominal
  1. Protuberancia en el abdomen: Especialmente visible cuando se realizan esfuerzos como levantarse de una silla o sentarse.
  2. Debilidad en el abdomen: Sensación de que los músculos abdominales no tienen la misma fuerza.
  3. Dolor de espalda: Debido a la falta de soporte abdominal.
  4. Problemas posturales: La debilidad abdominal puede afectar la postura.
  5. Dificultad para levantar objetos: La debilidad puede dificultar actividades que requieren fuerza abdominal.
Diagnóstico

La diástasis abdominal puede ser diagnosticada por un profesional de la salud mediante un examen físico. En algunos casos, se pueden usar técnicas de imagen como el ultrasonido para evaluar la separación de los músculos abdominales.

Tratamiento y manejo

  1. Ejercicios específicos: Programas de ejercicios diseñados para fortalecer los músculos abdominales profundos y el suelo pélvico pueden ayudar a cerrar la separación. Es importante evitar ejercicios que aumenten la presión intraabdominal, como los abdominales tradicionales.
  2. Fisioterapia: Un fisioterapeuta especializado en salud pélvica y abdominal puede diseñar un programa de ejercicios adecuado.
  3. Uso de fajas abdominales: En algunos casos, se pueden recomendar fajas o bandas abdominales para brindar soporte.
  4. Cirugía: En casos severos o cuando los tratamientos conservadores no son efectivos, se puede considerar la cirugía (abdominoplastia) para reparar la separación de los músculos.
Prevención
  1. Ejercicio adecuado: Realizar ejercicios abdominales con la técnica correcta y evitar aquellos que puedan aumentar la presión intraabdominal.
  2. Cuidado durante el embarazo: Mantener una buena postura, realizar ejercicios adecuados y evitar levantar objetos pesados puede ayudar a prevenir la diástasis.
  3. Manejo del peso: Mantener un peso saludable para reducir la presión sobre los músculos abdominales.

La diástasis abdominal es una condición tratable, y con el enfoque adecuado, muchas personas pueden mejorar su fuerza abdominal y reducir los síntomas. Es importante buscar la orientación de un profesional de la salud para recibir el tratamiento adecuado.

 

Dolor pélvico

El dolor pélvico es una molestia o dolor en la región inferior del abdomen y la pelvis. Puede ser agudo o crónico, y sus causas pueden ser variadas, afectando tanto a hombres como a mujeres. El dolor pélvico puede interferir significativamente con las actividades diarias y la calidad de vida, por lo que es importante identificar y tratar la causa subyacente.

Causas del dolor pélvico
Causas ginecológicas (en mujeres)
  1. Endometriosis: Crecimiento de tejido endometrial fuera del útero.
  2. Enfermedad inflamatoria pélvica (EIP): Infección de los órganos reproductores.
  3. Quistes ováricos: Sacs llenos de líquido en los ovarios.
  4. Fibromas uterinos: Tumores benignos en el útero.
  5. Dismenorrea: Dolor menstrual severo.
  6. Embarazo ectópico: Embarazo que ocurre fuera del útero.
  7. Síndrome de congestión pélvica: Venas varicosas en la pelvis.
Causas urológicas
  1. Infecciones del tracto urinario (ITU): Infección en cualquier parte del sistema urinario.
  2. Cálculos renales o vesicales: Piedras en los riñones o la vejiga.
  3. Cistitis intersticial: Inflamación crónica de la vejiga.
  4. Prostatitis: Inflamación de la próstata en hombres.
Causas gastrointestinales
  1. Síndrome del intestino irritable (SII): Trastorno digestivo que causa dolor abdominal.
  2. Enfermedad inflamatoria intestinal (EII): Incluye la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.
  3. Apendicitis: Inflamación del apéndice.
  4. Diverticulitis: Inflamación o infección de divertículos en el colon.
Otras causas
  1. Hernias: Protuberancias de órganos internos a través de una pared muscular debilitada.
  2. Dolor muscular o esquelético: Como el dolor por disfunción de la articulación sacroilíaca.
  3. Trastornos nerviosos: Neuropatías que afectan los nervios de la región pélvica.

Tratamientos no farmacológicos

  1. Ejercicio regular: Actividades como yoga y Pilates pueden fortalecer los músculos del suelo pélvico y mejorar la flexibilidad.
  2. Dietas específicas: Para condiciones gastrointestinales como el SII, se pueden recomendar dietas bajas en FODMAP.
  3. Acupuntura: Algunos estudios sugieren que puede ser efectiva para ciertos tipos de dolor pélvico.
  4. Aplicación de calor: Bolsas de agua caliente o almohadillas térmicas pueden aliviar temporalmente el dolor.
Prevención y manejo a largo plazo
  1. Mantener un peso saludable: Reduce la presión en la región pélvica.
  2. Higiene adecuada: Para prevenir infecciones urinarias y ginecológicas.
  3. Estilo de vida saludable: Dieta balanceada, ejercicio regular y manejo del estrés.
  4. Monitoreo regular: Visitas periódicas al médico para chequeos preventivos y manejo de condiciones crónicas.

Es fundamental que cualquier persona que experimente dolor pélvico persistente o severo consulte a un profesional de la salud para un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento personalizado. El tratamiento efectivo del dolor pélvico depende de identificar la causa subyacente y abordar cualquier factor contribuyente.